Data que en noviembre de 1963 se formaron las Asambleas de Dios de España, con aquellas iglesias pioneras y sus pastores hombres y mujeres de gran valor. Un 19 de marzo de 1963, en un pueblo de Extremadura (Montehermoso), provincia de Cáceres, nació un servidor. 61 años son los que cumple nuestro movimiento y 61 dentro de unas pocas semanas quien escribe este informe con tintes de despida.
Esto me ha llevado a meditar mi profunda pertenencia y vinculación a las Asambleas de Dios. Mis padres conocieron al Señor en 1970 en Ginebra (Suiza) en aquella congregación en la inmigración perteneciente a las Asambleas de Dios de España, pastoreada por Jerónimo y Memi Gómez, que salieron desde Coruña (una de las iglesias fundadoras). Desde aquellos días las vivencias, tanto en Suiza como en Madrid, cuando nuestra familia se trasladó para residir, fueron la revista Fiel, las convenciones en el Escorial y las visitas a casa, con los que fueron pioneros de la obra.
Para Reyes y para mí, es un enorme privilegio haber recibido clases en el Seminario Evangélico en Azuqueca de Henares por Guillermo y Martha McIntyre, Guillermo Misionero de los Estados Unidos y primer presidente de las Asambleas de Dios. Una riqueza enorme haber conocido y disfrutado del ministerio de los pioneros, los Pujol, Palma, Rego, Alcalde, Primo, y tantos otros que sembraron las semillas para que a fecha de hoy podamos disfrutar y proyectar lo que estamos viendo y viviendo. Agradecido por haber sido alumno de la incansable Trella Hall y haber nacido espiritualmente bajo el ministerio del Misionero y pastor Eduar Spuler, a quien el Señor llamó bien joven, pero le dio tiempo a levantar una serie de obreros que aún seguimos sirviendo al Señor. Creo que todo esto, son los trazos divinos para que en 1987, las Asambleas de Dios y el Concilio Misionero de los Estados Unidos firmasen el acuerdo de volver a trabajar juntos y por ende las congregaciones fundadas en el período del “desacuerdo” nos integramos a las Asambleas de Dios de España, siendo Betel Zaragoza una de ellas y por tanto, desde la fecha, un servidor como nuestra iglesia ha estado a la orden para todo aquello que se nos ha requerido, tratando de servir y aportar un granito de pasión y esfuerzo para que de una forma conjunta podamos avanzar en el cumplimiento de la Misión encomendada por el cielo.
Agradecido al Señor y a vosotros por la confianza expresada siempre que se me ha pedido trabajar en comités y departamentos, así como cuando se me solicitó ser parte como secretario del Consejo Ejecutivo, afrontado el reto de dos secretarias, la de Asambleas de Dios de España y la secretaria de la recién constituida Federación de la Asambleas de Dios de España. Sustituir al anterior, eficaz y sobresaliente, secretario Javier de la Lama ya era todo un desafío, y enfrentar el gran paso del movimiento de denominación a federación y entre otros menesteres el traspaso de las propiedades y la gestión de nuevas entidades, toda una osadía para este torpe servidor. Damos gracias al Señor por ser iluminados para proponer la ayuda de quien sería la primera secretaria adjunta de ADE al secretario, la excelente e incansable Susana Proenza, miembro de nuestra iglesia Betel en Zaragoza y disponer por primera vez de una oficina operativa de lunes a viernes, en aquella estación de trenes en el Portillo Zaragoza. Pasos que nos han ido llevando a la toma de decisiones para llegar a lo que en estos días estamos gestionando y proyectando. Pasado un período se volvió a requerirme para formar parte del Consejo Ejecutivo como Vocal y a la par coordinar el proyecto Visión Alcance 2020 y más tarde DEPI, para la plantación de iglesias, siendo esta tarea el palpitar de mi corazón.
Ser parte de cada comité, oración, electoral, mesas convencionales, Departamento de Misiones, Das (hasta dentro de unos días… u horas) y todo lo mencionado me ha aportado un crecimiento ministerial tanto a mí, como mi familia y a la iglesia que tengo el honor de pastorear. Si la Asambleas de Dios han crecido y desarrollado de una manera eficaz y sostenida, tengo que decir sin duda, mucho del crecimiento y multiplicación de nuestra iglesia tiene que ver a la actitud generosa de la ofrenda de sus ministerios y la iglesia misma, dándose para todo aquello en lo hemos podido ser útil.
Doy gracias al Señor por haber podido servir junto a hombres como Juan Carlos Escobar, a quien conocí en 1984 y desde entonces tenemos batallas para disfrutar y sobre todo comprobar que las lágrimas sembradas en la tierra dan su fruto. Agradecido por trabajar también con Esteban Muñoz de Mohedano, con quien he coincidido en otras responsabilidades y visto su crecimiento y el de su amada iglesia. Gracias Javier Otero, porque tomaste de mi mano la secretaría, hay tanta dedicación y ejemplo de tu vida que el mucho trabajo solo te inspira a seguir. Conxa Tendero ¡Qué paz contigo en la tesorería, hasta tus silencios son enseñanza! Set Vañó serás un magnífico vicepresidente, le darás un buen empujón a nuestras ADE. Héctor Escobar entre tus muchos talentos las risas necesarias no serán un vacío en las trabajosas reuniones del Consejo. Juan Carlos Torres te conocí de muy joven y soltero, supe que llegarías lejos pero ya no me alcanza la vista. Es de un gozo inmenso saber que tanto los componentes del Consejo Ejecutivo hasta hoy, como los que adjuntos son parte de la historia ministerial de uno.
No puedo terminar si expresar todo mi agradecimiento a Reyes, mi esposa, que es parte de todo lo vivido y trabajado con vosotros, y a mis hijas Priscila y Débora apasionadas por el Señor y su obra. Nuestro yerno Samuel que contagia pasión por Dios, todos siendo parte del cuerpo ministerial de AD. Y que puedo decir del cuerpo ministerial Ibetel, serviciales trabajadores, incansables en la obra nacional y local, junto a la amada iglesia y sus congregaciones, con una visión nacional y una generosidad del Reino; sin vosotros no podría haber servido con esta paz y alegría, por encima del trabajo puesto sobre cada tarea.
Tener a compañeros y compañeras ministeriales como todos los citados, hace que cada reunión de trabajo se transforme en un tiempo de refrigerio, por eso hemos podido estar tanto tiempo juntos.
Gracias una vez más por toda vuestra confianza. Con la ayuda del Señor seguiremos estando disponibles para todo aquello que sea necesario y que señale al cumplimiento de la Gran Comisión. Mientras proseguiré la carrera para alcanzar la meta suprema de mi existencia en la tierra, ser transformado a la imagen de Jesucristo.
“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” 2ª Corintios 3:18.
José María Romo Moreno
VOCAL Consejo Ejecutivo de ADE