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Después de 22 años elaborando sendos informes anuales, 2 como vocal y 20 como Vicepresidente, me toca desarrollar este último así que, permitidme que este informe no sea uno más, sino que sea una breve despedida de mi función de servicio en el Consejo Ejecutivo.

En estas dos décadas y pico, las ADE han cambiado una barbaridad y el crecimiento ha sido un elemento fundamental para esa transformación. Crecimiento numérico, de miembros, de iglesias, también de Fraternidades y Departamentos, nos hemos extendidos por el mapa de nuestro país a casi todas las localidades de más de 50.000 habitantes y sigue habiendo un impulso fresco del Espíritu Santo para plantar nuevas iglesias, levantar ministerios y proyectar a las nuevas generaciones ministeriales que Dios está levantando. Además, la proyección internacional de ADE ha hecho que nuestro movimiento sea muy apreciado y requerido en los diferentes foros del exterior. Me siento muy privilegiado por haber sido testigo excepcional en este tiempo del desarrollo de ADE que, incluso ha inspirado a las demás familias denominacionales e iglesias de España.

He de reconocer que mi participación en el servicio del liderazgo de ADE me ha enriquecido enormemente, tanto a nivel personal como ministerial. He podido aprender de muchos ministerios que han sido para mí referentes e inspiración, como por ejemplo Juan Carlos Escobar, un hombre que Dios ha levantado con humildad y liderazgo, que sabe trabajar y liderar equipos y que posee una visión amplia. Todo esto, sin duda, Dios lo ha usado para impulsar el movimiento de ADE a cotas impensables hace 20 años. También quiero mencionar a José María Romo, un hombre que rezuma por cada poro pasión por Dios y por la extensión de su Reino y que además siempre ha mostrado una clara visión nacional. Pudiéndose haberse enrocado en la bendición de su iglesia local, ha sido humilde y generoso en un proyecto donde él era uno más, pero que ha sido clave su contribución.

Y qué decir de Javier Otero que, con su enorme capacidad de trabajo y sus grandes retos personales, siempre lo he visto con la sonrisa y simpatía en su rostro, sin perder nunca su entrega al trabajo del Señor. Y también una mujer como Conxa Tendero, que es para mí ejemplo de humildad y de dedicación al servicio del Señor durante décadas. Te honro Conxa y agradezco a Dios haber estado sirviendo a tu lado tantos años. Y ahora se suman Seth Vañó, Juan Carlos Torres y Héctor Escobar, que son garantías no solo de continuidad de la obra, sino de mayor impulso y proyección de las ADE, que estoy seguro de que nos llevaran a un nuevo nivel. A todos, gracias por enseñarme, bendecirme y hacerme mejor persona en estos años. Sigo contando con vuestra amistad que tanto me bendice.

Cuando fui elegido en el año 2002, mis hijos Raquel y Samuel tenían respectivamente en ese momento 9 y 7 años, por lo que ellos han crecido viendo a ADE como parte de sus vidas, de sus relaciones de amigos incluso como parte de su familia. Seguro que esto ha contribuido, junto a otros factores, que ahora estén enfocados y sirviendo al Señor junto a sus respectivos cónyuges. Para mi esposa Mª Luisa y para mí, este tiempo de servicio a Dios a través del CE de ADE ha supuesto enormes esfuerzos personales, muchos días de separación, momentos de tensiones por la gran carga de trabajo, pero que claramente ha sido compensado por las muchas bendiciones que hemos recibido de Él. Sin ella, desde luego, no hubiera sido posible haber llevado tanta carga. Estaré agradecido siempre a Dios por la esposa que Él me ha dado, idónea para cumplir juntos llamado de Dios.

Y no puedo acabar este informe sin agradecer a Comunidad de Amor Cristiano, la iglesia que pastoreo, la enorme generosidad y visión de Reino que han evidenciado en todo este tiempo. Era fácil que pudieran reclamar el mucho tiempo invertido en ADE, especialmente con las muchas salidas y viajes, pero han preferido mirar siempre al llamado nacional que Dios ha puesto en mi corazón más que a las legítimas necesidades eclesiales. Puedo decir con mucho agradecimiento que mis ausencias o mi carga de trabajo en ADE ha sido compensado siempre por un equipo ministerial en C.A.C., que son un verdadero regalo del Señor, tantos los ministerios locales de Córdoba como los de las diferentes congregaciones C.A.C.

Más adelante, si así lo estimáis conveniente, seguiré sirviendo al Señor en otras áreas y funciones de ADE, porque el llamado al servicio nacional siempre estará presente y mi fidelidad a estas ADE ha quedado manifestado durante todos estos años. Mi deseo es servir y contribuir con lo que Dios ha puesto en mis manos a la extensión del Reino de Dios en este país, al cual amo con el amor de Dios, con compasión. Tengo la firme convicción que sólo Cristo puede cambiar esta nación, cambiando los corazones de sus habitantes, así que seguiré pidiendo a Dios fuerzas y sabiduría para trabajar en lo que tiene eternidad y trae esperanza real a los corazones.

“Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7-8)

Esteban Muñoz de Morales Mohedano
Vicepresidente Consejo Ejecutivo de ADE